1. Preparar el calabacín
Cortar los extremos del calabacín, rallarlo en un bol grande y añadir una pizca de sal.
Mezclar bien y dejar reposar durante 15 minutos para que suelte el exceso de agua.
Tras el reposo, escurrir bien con las manos o con un paño limpio: debe quedar seco pero aún blando.
2. Cocinar las setas
En una sartén, calentar un chorrito de aceite de oliva.
Añadir las setas laminadas, sazonar con sal, pimienta y pimentón dulce, y saltear a fuego medio durante unos 4 minutos, hasta que estén tiernas y fragantes.
Apagar el fuego y dejar enfriar.
3. Preparar la mezcla
En un bol limpio, combinar el calabacín escurrido, la avena triturada, los huevos y una pizca de sal y pimienta.
Mezclar bien con una cuchara: la mezcla quedará suave pero firme, perfecta para darle forma con una espátula.
4. Cocina la base
Unta una sartén antiadherente con un chorrito de aceite de oliva y espolvorea el fondo con queso rallado; esto creará una deliciosa costra con aroma casero.
Vierte la mitad de la mezcla de calabacín y extiéndela uniformemente.
5. Añade el relleno
Distribuye las lonchas de queso Gouda y los champiñones salteados por encima, y luego cubre con el resto de la mezcla, alisándola suavemente con el dorso de una cuchara.
6. Cocción
Cocina la frittata durante 7-8 minutos a fuego medio-bajo, tapada.
Cuando los bordes empiecen a dorarse, dale la vuelta con un plato (o con dos espátulas si te atreves).
Unta la sartén de nuevo, espolvorea con un poco de queso parmesano y cocina el otro lado durante otros 7-8 minutos, a fuego medio.
7. Sirve
Retira la frittata del fuego y déjala reposar un par de minutos. Corta en rebanadas y disfruta caliente, con el queso derretido, o con una ensalada fresca.
Consejos y variaciones