La hija encuentra unos huevos extraños escondidos bajo la cama. El hallazgo desata el pánico: la familia, presa del miedo, abandona la casa sin mirar atrás

Los padres de Lily contenían la respiración, esperando su veredicto. Finalmente, el experto habló con voz grave:

—No son huevos normales. Debéis abandonar la casa de inmediato. El peso de sus palabras cayó sobre ellos como una losa.

Querían replicar, preguntar algo… pero sabían, sin necesidad de explicaciones, que no era momento para dudar. Si querían sobrevivir, debían actuar. Ya. Mientras huían de la casa, solo una pregunta martilleaba sus pensamientos:

¿Qué demonios eran esos huevos?

¿Y por qué incluso un experto parecía temerles?

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