Las cosas empezaron a cambiar cuando Amalie, originaria de Dinamarca, conoció a su marido, Sean, británico, a través de un videojuego en línea. Su improbable conexión se convirtió en una amistad que se transformó en algo más.
“Mi marido Sean y yo nos conocimos hace 11 años en un juego de PlayStation”, explica. “Al principio pensé que era un hombre mayor que buscaba una mujer joven para hablar. Pero luego supe que tenía mi edad.”
Su relación comenzó sobre una sólida base de conversación, libre de juicios inmediatos sobre la apariencia. Aunque habían visto fotos el uno del otro, tardaron un tiempo en empezar a chatear por vídeo.
Amalie admitió que sus inseguridades a menudo la hacían sentirse cohibida, incluso al principio. “Veía lo gorda que estaba en las fotos, pero él seguía hablándome”, dice. “Me sentía tan insegura de mí misma que escondía mi papada. Pero a él le daba igual, sólo quería hablar conmigo.”
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Posted by Amalie Lindved Jennings on Friday, July 21, 2023
Al poco tiempo, los dos se hicieron mejores amigos. Tardaron en darse cuenta de que estaban enamorados. Amalie empezó a lanzar indirectas sobre sus sentimientos, pero él no las captó inmediatamente.
Con el tiempo, ella empezó a publicar sutiles notas de amor en Facebook, que Sean notó pero no entendió del todo al principio. Al principio, Sean supuso que se refería a otra persona.
Finalmente, la danesa se armó de valor y le confesó sus sentimientos directamente.
«Fue una sensación rarísima, porque nunca había tenido suerte con los novios”, cuenta Amalie. “Y por fin, aquí está este chico, a 800 kilómetros de distancia, que me quiere tanto como yo a él.”
Overcoming judgment
Su relación a distancia pronto se convirtió en algo más permanente, y Amalie se mudó a Inglaterra para estar con Sean. Sin embargo, su relación no siempre estuvo libre de juicios.
Según Sean, los desconocidos solían hacer comentarios insensibles, preguntándose por qué él, un hombre delgado, querría estar con ella.
A menudo le preguntaban si tenía algún tipo de fetiche, pero Sean siempre dejaba claro que su peso no era lo que le importaba. Él se enamoró de ella como persona, no de un número en una báscula.