Otra opción poderosa es el jugo de limón con sal gruesa.
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Exprimí dos limones y mezclá el jugo con una cucharada de sal gruesa.
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Aplicá la mezcla sobre las zonas con sarro o manchas.
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Dejá actuar durante 10 minutos.
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Fregá con cepillo y enjuagá.
El limón disuelve los minerales, mientras que la sal actúa como exfoliante natural, dejando el inodoro limpio y brillante.
¿Cómo prevenir la formación de sarro?
Además de aplicar estos métodos naturales, es importante mantener ciertos hábitos de limpieza para evitar que el sarro vuelva a aparecer:
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Limpiar el inodoro al menos una vez por semana.
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Reparar fugas o goteos de agua, ya que el flujo constante favorece la formación de sarro.
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Pasar el cepillo a diario para evitar acumulación de residuos.
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Evitar productos abrasivos que puedan dañar la porcelana o el acero.
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Mantener el baño ventilado para reducir la humedad.
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Colocar, cada tanto, una tableta limpiadora en el tanque del inodoro.
Con estos simples pasos, el baño se mantendrá limpio, brillante y libre de sarro por mucho más tiempo, sin necesidad de usar productos agresivos ni gastar de más.