La misteriosa ausencia de cadáveres en los restos del Titanic

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Aunque se han encontrado zapatos, botas y otros objetos personales entre los escombros, hay muy pocos restos humanos de los que hablar. De los 337 cuerpos recuperados, 119 fueron enterrados en el mar, mientras que 209 fueron devueltos a Halifax.

«He visto cero restos humanos», dijo en 2012 al New York Times James Cameron, director de Titanic, que ha visitado y lo explorado 33 veces y afirma haber pasado más tiempo en el barco que su capitán. «Hemos visto ropa. Hemos visto pares de zapatos, lo que sugeriría fuertemente que hubo un cuerpo allí en algún momento. Pero nunca hemos visto restos humanos». Entonces, ¿qué ocurrió con los numerosos cadáveres?

La verdad parece residir en el hecho de que los restos del Titanic yacen en las profundidades del océano, mucho más de lo que la mayoría de la gente cree. A más de 3.000 metros de profundidad, la temperatura del agua es ligeramente superior al punto de congelación y la presión es inmensa.

Con el tiempo, estas condiciones han provocado que los cuerpos sean consumidos por bacterias y criaturas marinas. Los únicos restos que parecen sobrevivir son objetos como zapatos, ya que estos materiales no son comestibles para la vida marina.

El papel del agua de mar en la desaparición de los huesos
Pero la ausencia de esqueletos no se debe sólo a las criaturas marinas. Robert Ballard, el explorador de las profundidades marinas que descubrió los restos del Titanic, explica que, a esas profundidades, el agua del mar es capaz de disolver los huesos.

El agua está subsaturada en carbonato cálcico, que es un componente clave de los huesos. A medida que se consume el tejido blando, los propios huesos se disuelven lentamente, sin dejar rastro.

Ballard observó incluso un marcado contraste con el Mar Negro, donde no existen bichos que devoren los cuerpos y donde los huesos se conservan momificados debido a la falta de vida marina que los descomponga.

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«El problema es que, por debajo de los 1.000 metros de profundidad, se pasa por debajo de lo que se denomina la profundidad de compensación del carbonato cálcico», explicó a NPR Robert Ballard, explorador de aguas profundas.

«El agua de las profundidades está saturada de carbonato cálcico, que es de lo que están hechos los huesos. Por ejemplo, en el Titanic y en el Bismarck, esos barcos están por debajo de la profundidad de compensación de carbonato cálcico, así que una vez que los bichos se comen su carne y los huesos quedan expuestos, estos se disuelven.»

La espeluznante realidad
El descubrimiento de los restos del naufragio y del campo de escombros que lo rodea siempre ha provocado una mezcla de asombro y horror. Las personas que se han enterado de la desaparición de los cuerpos del Titanic han compartido sus impresiones en Internet, y muchos califican de «horrible» o «espeluznante» pensar en los miles de vidas perdidas y en cómo la naturaleza ha seguido finalmente su curso.

Pero en medio de esta escalofriante realidad, algunos encuentran un extraño consuelo en saber que los cuerpos fueron reclamados por la naturaleza a su manera. En palabras de un comentarista: «El único consuelo es que esas víctimas fueron devueltas a la naturaleza de la única forma que la Madre Naturaleza sabe hacer».

La lenta decadencia del Titanic
Desde su descubrimiento, el Titanic ha sido visitado en numerosas ocasiones por científicos y exploradores, y muchos de los objetos recuperados se han expuesto al público. Sin embargo, el barco no se ha conservado en perfectas condicion

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