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Medicamentos que alteran temporalmente el sentido del olfato.
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Alergias crónicas o infecciones sinusales persistentes.
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Tratamientos oncológicos, como la radioterapia, que pueden afectar las células sensoriales.
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Consumo de tabaco, cuyo efecto exacto sobre el olfato aún no está del todo claro.
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En casos raros, la anosmia congénita, presente desde el nacimiento.
🔹 La anosmia como señal de alarma médica
Una pérdida repentina o inexplicable del olfato nunca debe ignorarse. Puede ser un síntoma precoz de enfermedades neurológicas, pero también un indicador temprano de COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Los médicos recomiendan buscar atención inmediata cuando la anosmia aparece acompañada de:
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Lesión reciente en la cabeza.
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Síntomas neurológicos (mareos, confusión, pérdida de memoria).
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Inicio súbito sin causa aparente.
El diagnóstico suele incluir pruebas olfativas simples y estudios de imagen (como resonancia magnética) para determinar la causa exacta.