Cuando una emoción no se expresa, el sistema nervioso permanece en un estado de alerta constante. El cuerpo interpreta ese silencio como una amenaza no resuelta, activando mecanismos de defensa como el aumento del cortisol, la tensión muscular y la alteración de la respiración.
A nivel interno, esto puede traducirse en sensaciones recurrentes de presión, opresión, cansancio profundo o molestias persistentes que no siempre tienen una causa médica clara. No se trata de imaginar síntomas, sino de una respuesta real del organismo frente a una carga emocional acumulada.
La somatización emocional: cuando el cuerpo habla
La somatización es el proceso mediante el cual conflictos emocionales se manifiestan a través de síntomas físicos. No es una debilidad ni algo poco común. De hecho, es una respuesta adaptativa del cuerpo cuando la mente no encuentra un espacio seguro para expresarse.
Muchas personas aprenden desde temprana edad a callar lo que sienten para evitar rechazo, conflictos o juicios. Con el tiempo, ese hábito puede generar una desconexión entre lo que se siente y lo que se expresa, aumentando la carga interna.
Señales de que el cuerpo está cargando lo que no dicesver