La ashwagandha (Withania somnifera) es una hierba que ha formado parte importante de la medicina ayurvédica desde la antigüedad. Literalmente, traducida de sus raíces sánscritas, ashwagandha significa “olor a caballo”, que podría referirse más a su esencia que a su olor real.
Algunos practicantes de la medicina ayurvédica sugieren que la hierba fue llamada así porque proporciona la fuerza y resistencia de un caballo. Mientras tanto, su nombre de especie, es decir, somnífera, es una indicación de sus propiedades sedantes.1
Aunque algunas veces la ashwagandha es conocida como ginseng indio,2 no forma parte de la familia del ginseng. La planta de ashwagandha es un arbusto con flores de color amarillo verdoso y bayas de color naranja rojizo, nativas de Pakistán, India y Sri Lanka.
Muy frecuentemente, las hojas y la raíz son utilizadas con fines medicinales. De acuerdo con la tradición ayurvédica, la ashwagandha es considerada una hierba rasayana, lo que significa que podría promover la juventud y longevidad, al mismo tiempo que alivia el sufrimiento.
Esta es una descripción amplia, pero apropiada, ya que esta hierba tiene una gran variedad de propiedades beneficiosas, incluyendo el hecho de ser adaptogénica, lo que significa que ayuda a controlar el estrés.
“Además, se cree que es muy útil para las personas de edad avanzada, ya que proporciona energía y alivia el dolor, la inflamación y la debilidad nerviosa”, según lo afirma el Consejo Botánico Americano,3 mientras que las investigaciones sugieren que también tiene beneficios para el cerebro.
La ashwagandha podría mejorar la memoria y función cognitiva
El fortalecimiento de la memoria es uno de los usos tradicionales de la ashwagandha, particularmente de su raíz.