Preparar la base
Comience picando finamente la cebolla. Caliente dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una cacerola grande, añada la cebolla y sofría a fuego lento durante 3-4 minutos, removiendo con frecuencia. El objetivo es que quede translúcido, sin que se queme: será la base aromática del plato.
Cocinar la col rizada
Lavar bien la col rizada, retirar los tallos más duros y cortarla en tiras finas. Añadirla a la cacerola con la cebolla y sofreír durante 1-2 minutos. Verter un cucharón de caldo caliente, tapar y cocinar durante unos 10 minutos, hasta que las hojas estén tiernas.
Tostar la fregola
Una vez lista la col rizada, añadir la fregola directamente a la cacerola. Tostarla durante un minuto, removiendo constantemente: este paso realza el sabor y le da la consistencia perfecta.
Cocinar como un risotto
Comenzar a añadir el caldo caliente poco a poco, como si se tratara de un risotto. Seguir removiendo, permitiendo que la fregola absorba lentamente el líquido antes de añadir más. Tardará unos 15-20 minutos en cocinarse a la perfección: cremosa pero con los granos aún al dente.
Prepara la crema de garbanzos
Mientras tanto, tritura los garbanzos cocidos con un cucharón de caldo caliente hasta obtener una crema suave y espesa. Cuando la fregola esté casi lista, añade la crema de garbanzos a la olla y remueve bien para integrar los sabores. Salpimienta y cocina durante 1-2 minutos más, el tiempo justo para que se combinen todos los ingredientes.
Sirve y disfruta
Vierte la fregola caliente en platos hondos, añade una generosa cantidad de pimienta negra recién molida y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Si lo deseas, decora con unos picatostes o un poco de parmesano vegano rallado.
Consejos
Puedes sustituir la col rizada por espinacas, acelgas o kale si no está de temporada.