En el discurso del Papa se abordaron muchos temas importantes y dejó un profundo mensaje. Describió cómo existe un «clima creciente de antisemitismo en todo el mundo» y también condenó la horrible situación en Gaza y reiteró su llamamiento al alto el fuego.
«Pienso en el pueblo de Gaza, y en particular en su comunidad cristiana, donde el terrible conflicto sigue causando muertes y destrucción y creando una situación humanitaria dramática y deplorable», dijo el Papa en su último discurso.
El discurso también hizo un llamamiento a la libertad de religión y al respeto de las opiniones ajenas, subrayando que sin ello no sería posible la paz. «No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás», decía el discurso. Tras finalizar el discurso, el Papa fue conducido entre la multitud en un vehículo descapotable.