Aunque las manchas de la edad sean inofensivas, proteger la piel ayuda a prevenir la aparición de nuevas y reduce el riesgo de cáncer. Algunas medidas prácticas incluyen:
Aplicar diariamente protector solar con FPS 30 o superior.
Usar sombreros y ropa protectora al aire libre
Evitar las camas solares
Usar lociones humectantes para mantener la piel sana.
Para quienes ya se sienten afectados por su apariencia, existen tratamientos seguros. Los dermatólogos pueden recetar cremas blanqueadoras con hidroquinona, retinoides para promover la renovación de la piel o procedimientos en la consulta, como la terapia de luz pulsada intensa.