- Pescados grasos como el salmón y la sardina.
- Yemas de huevo.
- Hígado de res.
- Productos lácteos fortificados.
- Cereales fortificados.
Suplementación de vitamina D
Si tras realizar un análisis de sangre se determina que tienes deficiencia de vitamina D, tu médico puede recomendarte un suplemento. Existen dos formas principales de vitamina D en los suplementos: D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol). La D3 es generalmente la más efectiva en elevar y mantener los niveles de vitamina D en el cuerpo.
Es fundamental seguir las indicaciones de un profesional de la salud al tomar suplementos, ya que el exceso de vitamina D también puede tener efectos adversos. La dosis recomendada puede variar dependiendo de la edad, salud y otras circunstancias individuales.