150 g de azúcar glas
150 g de mantequilla blanda
150 g de coco rallado
3 cucharadas de leche (puede ser vegetal)
1 cucharadita de esencia de vainilla
Para la salsa/decoración (opcional):
50 g de chocolate negro, derretido para decorar
Coco rallado extra para decorar
Preparación
Paso 1: Lo primero que hago es asegurarme de que la mantequilla esté blanda, a temperatura ambiente. Si la tienes recién sacada del refrigerador, caliéntala un momento en el microondas, pero no la derritas por completo, solo necesita ablandarse. Mientras tanto, pica finamente las galletas simples con un procesador de alimentos o, si lo prefieres, puedes meterlas en una bolsa y triturarlas con un rodillo. La textura debe ser fina, sin trozos grandes, como una harina ligeramente granulada; esto ayudará a que las galletas se compacten perfectamente.
Paso 2: En un bol grande, mezcla la mantequilla ablandada con el azúcar glas con una cuchara o una batidora. Verás cómo se transforma en una crema blanquecina, fina y esponjosa: este es el secreto para una textura suave y delicada. Añade la esencia de vainilla, que le dará un aroma maravilloso a la preparación.
Paso 3: Ahora, incorpora los copos de Coca-Cola y la leche, mezclando bien hasta que todos los ingredientes estén integrados. La textura debe quedar ligeramente húmeda y maleable, para que puedas formar bolitas sin que se deshagan. Si está demasiado seca, añade un poco más de leche; si está demasiado blanda, añade un poco más de galletas trituradas.
Paso 4: Con las manos limpias, toma una cucharada de la mezcla y forma bolitas del tamaño deseado. Yo suelo hacerlas del tamaño de una nuez, pero puedes hacerlas más pequeñas o más grandes, según tu gusto.
Paso 5: Reboza cada bolita en unas cucharadas de coco rallado para que quede una capa fina y crujiente. Esto no solo les da una textura extra, sino también un aspecto blanco, ligeramente esponjoso y muy apetitoso.
Paso 6: Colócalas en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear y refrigéralas durante al menos 30 minutos para que se endurezcan y mantengan su forma. Si quieres darles un toque de elegancia, vierte un poco de chocolate negro derretido por encima con un tenedor, creando un dibujo ligero y aleatorio.
Variaciones y consejos