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No te culpes. Las relaciones cambian, y que algo haya terminado no significa que haya fracasado. Fue parte de tu crecimiento.
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Habla con honestidad. Si sientes que la relación ya no tiene sentido, hablarlo puede traer claridad o incluso una solución.
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Date tiempo para sentir. No tomes decisiones impulsivas; dale espacio a tus emociones y escucha lo que realmente necesitas.
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Recupera tu individualidad. A veces la relación se apaga porque ambos dejaron de ser quienes eran. Recuperar tu esencia puede cambiarlo todo.
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Si la relación ya no tiene salvación, suelta con gratitud. Agradece lo vivido y permite que ambos encuentren nuevas formas de felicidad.