Lava bien las patatas y córtalas por la mitad sin pelarlas. Hiérvelas durante unos minutos. La idea es darles un poco de tiempo de cocción para que no tarden mucho en hornearse después.
Una vez escurridas, déjalas enfriar y pélalas. Córtalas en rodajas finas y sazónalas con sal y pimienta. Reserva.
Ahora, para la salsa especial: calienta la mantequilla en una cacerola pequeña hasta que se derrita. Agrega la mitad de la cebolla picada, revolviendo constantemente para evitar que se pegue.
Una vez que la cebolla esté dorada, agrega rápidamente la harina y revuelve.
Siguiendo revolviendo, agrega gradualmente la leche, la nuez moscada y sazona con sal y pimienta. Revuelve continuamente hasta que la mezcla espese y se forme la salsa.
Apaga el fuego y agrega las cucharadas de queso parmesano y la crema. Revuelve bien.
Ahora comenzamos a armar esta deliciosa lasaña. Para hacerla, necesitaremos una fuente de horno de vidrio como las que usamos para el pastel de papa. Si no tienes una, puedes usar una bandeja.
Sirve la lasaña en capas. Con un cucharón, extiende un poco de bechamel en el fondo y luego una capa de rodajas de patata, cubriendo cada capa con cuidado.
A continuación, añade una capa de jamón cocido, una de mozzarella y, por último, una de bechamel.
Repite el proceso, terminando con la bechamel.
Espolvorea el queso rallado por toda la superficie.
Mete en el horno a temperatura media durante unos 40 minutos, hasta que el queso rallado esté bien dorado.
Después, retira del horno y sirve. Puedes acompañarlo con una deliciosa ensalada de rúcula y tomate cherry.