Vierte el tomate triturado, añade el laurel, salpimienta y cocina a fuego medio-bajo durante 30–40 minutos hasta reducir y ablandar el pollo. Desmenuza el pollo (si era en piezas) y mezcla bien con la salsa. Retira la hoja de laurel y ajusta sal, pimienta y orégano.
Derrite la mantequilla en un cazo a fuego medio. Añade la harina y cocina 2 minutos para eliminar el sabor a crudo. Agrega la leche fría de golpe y bate con varillas para evitar grumos. Cocina removiendo hasta que espese (unos 5-7 minutos). Salpimienta y añade nuez moscada.
En una fuente de horno, extiende una fina capa de bechamel. Coloca una capa de pasta, una de salsa de pollo y otra de bechamel. Repite el proceso 3 veces. Termina con una capa de pasta y cúbrela completamente con el resto de la bechamel. Espolvorea el queso rallado por encima.
Precalienta el horno a 180 °C. Hornea durante 30–40 minutos hasta que el queso esté dorado. Deja reposar al menos 15 minutos antes de servir.