Con el paso del tiempo, los cambios hormonales pueden alterar el tipo de sudor o la sensibilidad de la piel. Por eso, es importante cuidar las axilas con suavidad y constancia.
Consejos diarios:
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Limpia con un jabón suave o un paño húmedo con agua tibia.
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Seca con delicadeza, sin frotar.
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Usa desodorantes sin fragancia o formulados para piel sensible.
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Deja que se airee unos minutos antes de vestirte.
2. Pies y entre los dedos: comodidad desde abajo
Los pies son esenciales, pero con frecuencia se descuidan durante el baño. Esto puede ocasionar sequedad, sudoración, molestias por presión o hasta hongos, especialmente entre los dedos.
Consejos diarios:
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Lava tus pies con agua tibia y jabón suave.
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Sécalos bien, especialmente entre los dedos.
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Aplica crema hidratante en la planta y el empeine, pero evita el espacio interdigital.
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Usa medias transpirables y calzado cómodo.
¿Quieres un plus de frescura? Añade unas gotas de aceite de árbol de té en el agua para lavar tus pies.