La lechuza nos recuerda que la verdadera sabiduría no siempre grita, a menudo susurra. Está en los momentos de silencio y en las pausas, cuando algo dentro de ti empieza a despertar.
Ver o escuchar a una lechuza puede ser una señal para detenerse, reflexionar y reconectar con tu intuición. No es coincidencia que se la relacione con el conocimiento oculto: su energía invita a descubrir lo que está más allá de lo evidente.
Conclusión
Las lechuzas son mensajeras de sabiduría y protección, guardianes silenciosos que nos enseñan a:
Confiar en el proceso de la vida
Observar más allá de la superficie
Comprender que cada sombra trae una lección