Lo preparo por la noche y a la mañana siguiente no queda nada para el desayuno: un bizcocho de manzana suave en sartén, sencillo y ligero, con solo 220 kcal.

Preparar las manzanas
Precalentar el horno a 180 °C. Lavar las manzanas y cortarlas en rodajas finas. Si no desea que se oxiden, rocíelas con un poco de zumo de limón. ¿Pelarlas o no? Es opcional: con la piel queda más rústico, pero no más delicado.

Preparación de la masa
En un bol grande, batir los huevos con el eritritol (o azúcar) hasta que la mezcla esté pálida y espumosa. Añadir la mantequilla derretida y la vainilla, mezclando bien. A continuación, incorporar la harina y la levadura, alternando con la leche: así se evitan los grumos y la masa queda suave.

Montaje del pastel
Vierte la masa en un molde rectangular forrado con papel de horno. Coloca las rodajas de manzana encima, ligeramente superpuestas: además de aportar sabor, crean un bonito efecto decorativo.

Horneado
Hornea durante 25-30 minutos, hasta que la superficie esté dorada y al insertar un cuchillo, este salga limpio.

Toque final
Deja enfriar y espolvorea con azúcar glas. Está delicioso caliente (el contraste entre la suavidad de las manzanas y el borde crujiente es fantástico), pero está aún mejor frío al día siguiente.

Consejos y variaciones
Una pizca de canela o ralladura de limón en la masa le da un toque más aromático.

Si prefieres una versión sin lactosa, usa leche vegetal.

Prueba a mezclar manzanas y peras para variar: queda jugoso e increíblemente dulce. 💭 Nota personal: Este es mi pastel para compartir: lo corto en cuadrados y desaparece entre desayunos, meriendas y cenas. Me gusta porque es sencillo pero siempre tiene ese aroma casero.

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