Respuesta: En muchos casos, sí hay mejora si se retira el fármaco que lo estaba causando o se reduce la dosis, sobre todo cuando no ha habido un daño grave o prolongado. Pero esto debe hacerse bajo supervisión médica.
Pregunta 3: ¿Cuánto tiempo de uso se considera “exceso” para estos medicamentos?
Respuesta: No hay un umbral exacto para todos. Los estudios sugieren que el riesgo aumenta con el uso acumulativo prolongado, dosis altas y combinación de varios medicamentos. Por ejemplo, en anticolinérgicos, más de tres años o dosis acumuladas elevadas fueron asociados con mayor riesgo. Harvard Health+1
Pregunta 4: ¿Las personas jóvenes también corren riesgo o solo los mayores?
Respuesta: Si bien el riesgo es mayor en personas mayores (por menor reserva cognitiva, metabolismo más lento, mayor polifarmacia), los fármacos pueden afectar a adultos jóvenes también, especialmente si se usan en dosis elevadas o en combinación con otros depresores cognitivos.
Pregunta 5: ¿Existen medicamentos que mejoren la memoria para contrarrestar estos efectos?
Respuesta: Algunas terapias se usan para mejorar memoria en enfermedades como la Alzheimer’s disease, pero no se recomienda usar estos medicamentos para “contrarrestar” el impacto de otros fármacos sin supervisión. Lo más eficaz es revisar la medicación de riesgo y optimizar estilo de vida.
Pregunta 6: ¿Qué preguntas debería hacer a mi médico o farmacéutico si estoy tomando estos medicamentos?
Respuesta: Algunas preguntas útiles:
¿Este medicamento tiene efectos sobre mi memoria o cognición?
¿Existe alternativa con menos impacto cognitivo?
¿Podemos revisar la dosis o duración del uso?
¿Tengo otros medicamentos que sumen riesgo cognitivo (efecto anticolinérgico, sedantes)?
¿Cómo monitoreamos mi memoria o función cognitiva?
18. Conclusión
Los medicamentos pueden salvar vidas, mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones graves. Pero también es cierto que, en ciertos contextos —dosis elevadas, uso prolongado, edad avanzada, múltiples fármacos al mismo tiempo— pueden contribuir a la pérdida de memoria o deterioro cognitivo. Conocer los riesgos, colaborar con profesionales sanitarios y revisar periódicamente la medicación son pasos clave para cuidar no solo tu cuerpo, sino también tu mente.