Escaldado “dulce”: Coloca los dientes de ajo pelados (sin el corazón) en una cacerola con agua y un chorrito de leche. Hierve durante 1-2 minutos, escurre y repite 3-4 veces, cambiando el líquido.
Último toque en la leche: Cocina el ajo durante 2-3 minutos solo con la leche, hasta que esté blando. Escurre el ajo (¡reserva la leche!) y bátelo hasta obtener una crema suave.
Base inglesa: Calienta 250 ml de la leche restante. En un bol, bate las yemas; añade unas cucharadas de leche caliente para atemperar, luego vuelve a poner todo en la cacerola y cocina a fuego muy lento hasta que alcance los 83 °C (debe cubrir la cuchara).
Combina la crema de ajo con la base de leche y yemas. Monta la nata (sin que esté demasiado firme) e incorpórala con movimientos envolventes. Salpimienta y termina con un chorrito de aceite. Refrigera: debe quedar suave pero con cuerpo.
Consejo: usa crema de leche y yogur griego (añádelo cuando la base esté completamente fría): misma textura sedosa, menos calorías.
2) Pan crujiente de limón
Tritura el pan rallado. Tuéstalo en una sartén con un poco de aceite, ajo picado, perejil, sal y pimienta.
Retira del fuego y añade ralladura de limón y un chorrito de aceite, solo si es necesario. Debe quedar dorado y seco.
Consejo: Tuesta el pan rallado hasta que esté seco y añade aceite en aerosol al final: debe quedar crujiente.
3) Espaguetis con ajo y aceite (Básico)
Pon el agua a hervir (añade sal después de que hierva). En una sartén grande, añade el aceite, el ajo y la guindilla a fuego lento: deben aromatizar, no freír.
Añade dos cucharones del agua de cocción de los espaguetis y reduce durante un minuto.
Escurre los espaguetis 3 minutos antes del tiempo de cocción indicado y pásalos a la sartén (retira el ajo y la guindilla, si lo deseas). Incorpora el agua caliente, añadiéndola poco a poco hasta obtener una crema suave.
Retira del fuego: rocía con aceite de oliva virgen extra, salpimenta y, si te apetece, queso parmesano rallado. Sirve con 2 cucharadas de crema de ajo por encima y trocitos de pan crujiente.
Cómo incluirlo en tu dieta sin remordimientos (y sin renunciar a la presentación):
Porción de pasta: para una comida ligera, calcula entre 70 y 80 g de espaguetis por persona (en lugar de 90 g).
Aceite: calcula unos 10 ml por persona en total (incluyendo el sofrito, la crema y el pan). Usa aceite en spray para controlar la cantidad.
Crema: elige la opción saludable: mitad nata y mitad yogur griego (o solo leche y yogur).
Pan: usa pan integral o pan tostado con panko. De 30 a 40 g en total son suficientes para lograr un toque crujiente y un aporte de fibra.
Queso: Opcional. Si lo añade, de 10 a 15 g por ración es más que suficiente.
Equilibrio de la comida: Acompáñelo con una guarnición verde (ensalada, hinojo, calabacín a la plancha) para mayor volumen y fibra, lo que contribuye a una mayor sensación de saciedad.
Frecuencia: Este es un plato sustancioso; consumirlo ocasionalmente es ideal para un plan de pérdida de peso (especialmente si el resto del día es ligero).
Ajo y digestión: Si le produce pesadez, utilice aceite de ajo (caliente el aceite con el ajo y luego retírelo). También es una opción baja en FODMAP.
Cantidades aproximadas (para 4 raciones):
Receta del chef: ~760 kcal por ración.
Versión ligera: ~500-580 kcal por ración (con menos aceite, menos nata y pan integral o con menos grasa).
Consejos de cocina (para resultados dignos de un chef):
Ajo dulce: blanquearlo elimina su sabor fuerte y deja un ligero aroma.
Agua de cocción: es tu “crema natural”.