¿Has sentido que tus ojos se cansan más rápido con la edad? Tal vez notas que la lectura se hace más pesada, que necesitas más luz para ver con claridad o que tus ojos se sienten secos después de un día largo. ¿Te ha pasado que antes tolerabas horas frente a la computadora, pero ahora te duelen antes de terminar la mañana?
Imagina por un momento abrir una bolsa de almendras frescas y oler ese aroma suave y mantecoso. O partir una nuez y sentir su textura crujiente que anticipa energía y nutrición. Ahora imagina integrar un pequeño puñado de estos frutos en tu día, sin complicaciones, sin recetas complicadas. Un gesto muy simple que muchas personas pasan por alto, pero que podría ofrecer más apoyo visual del que imaginas.
