Se riega con frecuencia y se deja secar la tierra, aunque nunca por completo. El exceso de agua puede pudrir las raíces.
El cactus de Navidad prefiere temperaturas entre 15 °C y 21 °C y una humedad media. Es recomendable colocar una bandeja con piedritas llena de agua debajo de la maceta para aumentar la humedad.
Una vez finalizada la floración del cactus de Navidad (generalmente en otoño), permita que la planta complete su letargo reduciendo la frecuencia de riego y luz. Asegúrese de que reciba al menos 12-14 horas de oscuridad y una temperatura de entre 10 y 12 °C. Manténgala alejada del calor (por ejemplo, estufas o radiadores) y de corrientes de aire frío.
Si se cura adecuadamente, el cactus de Navidad puede sorprendernos con ciclos de floración frecuentes e inesperados.