Corta el pan en trozos pequeños y colócalo en un bol grande. Vierte la leche caliente y deja reposar unos 10 minutos para que el pan se empape bien.
Agrega el queso crema, el azúcar, la nata, los huevos, la vainilla, la canela, la levadura y la sal. Tritura todo con una batidora de mano hasta obtener una masa homogénea y cremosa.
Si quieres, mezcla las pasas o pepitas de chocolate en la masa.
Precalienta el horno a 180°C. Coloca cápsulas de papel en un molde para magdalenas y llénalas casi hasta el borde.
Hornea durante 25-30 minutos, hasta que estén doradas y al pinchar con un palillo, salga limpio.
Retira del horno y deja enfriar en una rejilla antes de desmoldar.
Se pueden comer templadas o frías, y quedan aún más ricas al día siguiente porque los sabores se asientan.
🍞 Consejos para unas magdalenas de pan y queso crema perfectas
Usa pan del día anterior. Así absorbe mejor la leche y no se deshace tanto al triturarlo.
Deja que el pan se empape bien. 10 minutos es ideal para que la masa quede cremosa y jugosa.
Tritura bien la mezcla. Con una batidora de mano o procesador hasta que no queden grumos, la textura será más suave.
No sobrehornees. Vigila los últimos minutos para que no se sequen. Deben quedar doradas pero jugosas por dentro.
Deja enfriar antes de desmoldar. Así mantendrán mejor la forma y no se romperán.
Puedes guardar las magdalenas en un recipiente hermético. Al día siguiente estarán incluso más sabrosas y con la textura asentada.
✨ Variantes para personalizar tus magdalenas.