Derrite la mantequilla a fuego muy lento con el chocolate y las semillas de vainilla.
Bate las yemas con el azúcar hasta obtener una crema ligera y esponjosa.
Incorpora la mezcla de mantequilla y chocolate a la crema de yemas. Mezcla bien.
Mezcla la harina con la levadura en polvo. Añade a la crema de chocolate.
Bate las claras a punto de nieve e incorpóralas a la crema de chocolate con movimientos envolventes.
Vierte la masa en un molde redondo engrasado y hornea durante veinte minutos. El bizcocho debe quedar ligeramente crudo para lograr una textura similar a la del fondant.
Truco o consejo:
No tires la vaina de vainilla. Colócala en el frasco o recipiente donde guardas el azúcar. Así absorberá un delicioso aroma a vainilla.
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