En los países tropicales se ha empleado tradicionalmente para rehidratar a quienes sufren diarrea (sobre todo los niños) y también para prevenirlas debido a sus efectos beneficiosos sobre el aparato digestivo en conjunto. Además, evita la indigestión, el estreñimiento y los parásitos y ayuda a subir las defensas del organismo evitando infecciones. Resulta imprescindible en el kit del gourmet viajero.
7.- Favorece las buenas digestiones
El contenido en enzimas bioactivas ayuda a la absorción de nutrimentos, previniendo enfermedades de la vesícula y mejorando los procesos digestivos. También ayuda a prevenir infecciones por bacterias, virus y hongos; promueve la regularidad intestinal y la función saludable de la tiroides.
8.- Regula la tensión arterial
También hay evidencias de que el consumo regular pero equilibrado de agua de coco ayuda a controlar los niveles de presión arterial, ya que reduce, sobre todo, los niveles de presión sistólica.
9.- Mejora la circulación
Por su contenido en minerales puede ayudar a mejorar la circulación, aunque se trate de un proceso lento sostenido en el tiempo. Los milagros no existen. En el caso de los diabéticos puede prevenir complicaciones derivadas de la mala circulación de la sangre, como la pérdida de visión o el entumecimiento de los pies.
10.- No engorda
Y tiene muy pocas calorías, muchas menos que los refrescos, pero tampoco es agua. El agua de coco resulta perfecta para combinarla con una dieta depurativa o de adelgazamiento, sobre todo después de haber realizado excesos como suele ocurrir durante las fechas navideñas. También para consumirla a diario, pero siempre con moderación.