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No usar limón puro sobre la piel con demasiada frecuencia (puede causar sensibilidad).
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Evitar el exceso de carbón activado por vía interna.
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Siempre hacer una prueba en una pequeña zona de la piel antes de aplicar.
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Para dientes, limitar el uso a 2 veces por semana para no dañar el esmalte.
Conclusión
La combinación de limón y carbón activado ofrece una solución natural, efectiva y económica que puede sustituir muchos productos del mercado. Desde la higiene personal hasta la limpieza del hogar, este dúo se convierte en un aliado indispensable para un estilo de vida más saludable, ecológico y económico.
