Recortar la parte superior y cortarlas en rodajas finas y alargadas.
Colocarlas sobre una tabla de cortar, espolvorearlas con sal y dejarlas escurrir durante 10-15 minutos.
Secarlas bien con papel absorbente.
Colocarlas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, rociar con un chorrito de aceite y hornear a 200 °C (390 °F) durante unos 20 minutos, hasta que estén tiernas.
2. Preparar la salsa
Vierta la salsa de tomate en un bol.
Añada 1 diente de ajo rallado, un chorrito de aceite, sal, pimienta y una pizca de chile.
Añada unas hojas de albahaca troceadas y mezcle bien.
3. Preparar la crema de ricotta
En un bol grande, mezcle la ricotta con los huevos, 1 diente de ajo rallado, el queso parmesano, sal y pimienta.
Mezcle hasta obtener una crema suave y cremosa.
4. Montar la lasaña
Extienda una capa fina de crema de ricotta en una fuente para horno.
Coloque una lámina de lasaña encima, cúbrala con más crema de ricotta, unas rodajas de berenjena, 2-3 cucharadas de salsa de tomate y un poco de queso Emmental rallado.
Repita las capas hasta terminar con todos los ingredientes.
5. Hornear
Hornea la lasaña a 180 °C (350 °F) durante unos 30 minutos, hasta que esté dorada y ligeramente fibrosa.
Una vez cocida, déjala reposar 5 minutos antes de cortarla y servirla.
Resultado: una lasaña rica, cremosa y aromática, con berenjena que aporta ligereza e irresistibilidad a cada bocado.