En un bol grande, batir los huevos, la leche y la sal.
Añadir la harina poco a poco, removiendo con unas varillas hasta obtener una masa suave y fluida, pero no líquida.
Vierte la mezcla en una bandeja de horno forrada con papel vegetal (preferiblemente una que llegue hasta los bordes).
Reparte por encima los pimientos en rodajas, el queso y las lonchas de jamón, o lo que prefieras.
Hornear en el horno precalentado a 190 °C (375 °F) durante unos 15 minutos.
Colocar la bandeja en la rejilla central del horno para que se cocine uniformemente por debajo sin quemarse por encima.
Cuando la superficie esté dorada y el queso se haya derretido, ¡estará lista! Dejar reposar 5 minutos y cortar en cuadrados.
Me gusta comerla caliente, con un bol pequeño de yogur con sal o una ensalada sencilla. Al día siguiente, si sobra algo (¡cosa que rara vez ocurre!), también está excelente fría o recalentada en una sartén durante dos minutos. Es la clásica receta para “salvar la cena”: sencilla, rápida y siempre diferente, porque puedes reinventarla con lo que tengas en la nevera.
Pasos fáciles
Preguntas frecuentes
¿Qué necesitas para hacer pizza “de aprovechamiento de la nevera”?
Para la masa, necesitarás 2 tazas de leche, 2 huevos, 1 cucharadita de sal y 1 taza de harina. Para la cobertura, puedes usar pimientos, queso rallado y lonchas de jamón. Puedes añadir otros ingredientes a tu gusto.
¿Cuánto tiempo se tarda en hacer pizza “de aprovechamiento de la nevera”?
La preparación lleva entre 5 y 10 minutos, la cocción 15 minutos, para un total de 25 minutos.
¿Cómo se hace la pizza “de aprovechamiento de la nevera”?
Batir los huevos con la leche y la sal, añadir la harina poco a poco y mezclar hasta obtener una masa homogénea. Verter la mezcla en un molde, distribuir los ingredientes elegidos por encima y hornear a 190 °C durante 15 minutos.