Mi secreto para un tiramisú infalible es el chocolate y el café, pero no uso mascarpone ni bizcochos de soletilla: ¡una receta que merece un sobresaliente!

Vierta la leche en una cacerola, añada la miel, la maicena y el azúcar de vainilla. Batir con unas varillas de mano y llevar a ebullición, removiendo constantemente hasta que la crema espese.

Enriquecer con chocolate y café
Apagar el fuego, añadir 40 g de chocolate negro y 1 cucharadita de café instantáneo. Remover hasta que el chocolate se derrita. Cubrir la crema con film transparente y dejar enfriar en el frigorífico.

Preparar la parte cremosa
Batir la nata ligera fría con una batidora eléctrica. En otro bol, batir el yogur natural. Combinar ambas mezclas, removiendo suavemente con una espátula para evitar que la crema se baje.

Incorporar la nata fría
Añadir poco a poco la crema de chocolate fría a la mezcla de nata y yogur, removiendo hasta obtener una crema suave y espesa.

Empapar las galletas
En un bol pequeño, mezclar un poco de leche con 1 cucharadita de café instantáneo. Sumergir rápidamente las galletas de cacao en esta mezcla, sin empaparlas demasiado.

Montaje del tiramisú

Extiende una primera capa de crema en el fondo de una fuente para horno (28×19 cm), cúbrela con las galletas remojadas y añade más crema. Repite el montaje hasta terminar con todos los ingredientes, finalizando con una capa de crema.

Decora y deja reposar

Ralla el chocolate negro restante por encima y deja reposar en el frigorífico durante al menos 4 horas (preferiblemente toda la noche).

Consejos y variaciones

Para un sabor más intenso, añade unas gotas de licor de café a la mezcla.

Un postre fresco, delicioso y ligero que encantará a todos sin renunciar al placer del chocolate.

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