La miel falsificada suele ser adulterada con sustancias más baratas para aumentar el volumen y la ganancia económica. Los aditivos más comunes son:
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Jarabe de glucosa o jarabe de maíz
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Azúcar invertido (sacarosa)
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Melaza de caña
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Colorantes y aromatizantes artificiales
Consumir estos productos implica ingerir calorías vacías y perder los beneficios de la miel pura, que es rica en antioxidantes, enzimas, vitaminas y minerales. La miel verdadera posee propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que se pierden por completo al adulterarla.