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Lava bien las mandarinas, córtalas con piel y colócalas en la licuadora.
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Añade el azúcar, la leche y el aceite, luego licúa todo hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
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Vierte la mezcla en un recipiente y agrega la harina, la sémola y el polvo de hornear, mezclando hasta que todos los ingredientes estén integrados.
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Vierte la mezcla en moldes pequeños para tartaletas (aproximadamente 10 moldes). Si sobra mezcla, colócala en un molde mediano.
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Hornea hasta que los pasteles estén cocidos y ligeramente dorados en la superficie.
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Al sacarlos del horno, unta la parte superior con mermelada y espolvorea coco rallado.