Brianna reveló en una entrevista con Femail —según el Daily Mail—: «Esos 12 días que pude pasar con mi bebé Kyden, abrazándolo, contando sus dedos de los pies y de las manos y hablándole como lo hacía cuando estaba en mi vientre. ¡Fueron tan especiales, fueron los mejores 12 días de mi vida!».
«Ha sido muy duro, largo, agotador y doloroso», continuó. «Aunque Kyden ya no está con nosotros, me dio la fuerza para seguir adelante y superar esto.
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«Quiero vencer esta horrible enfermedad. Creo que puedo hacerlo y se lo prometí a mi hijo».
Al principio, parecía que Brianna realmente estaba mejorando. Sus niveles sanguíneos habían comenzado a subir y se esforzaba al máximo para que los músculos de sus piernas volvieran a funcionar.
Lamentablemente, las cosas dieron otro giro desafortunado. Su estado comenzó a deteriorarse progresivamente, lo que obligó a los médicos a cancelar el trasplante de médula ósea que habían programado para ella y que le iba a donar su hermano.