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Puedes preparar esta receta con pechugas, contramuslos o alitas, según tu preferencia.
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Si te gusta un toque más espeso, deja cocinar sin tapa unos minutos más para que la salsa reduzca.
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Acompaña con pan crujiente o arroz blanco para disfrutar de la salsa.
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Este plato se conserva muy bien, incluso mejora su sabor al día siguiente.
✨ Resultado: un guiso reconfortante, lleno de aromas y sabores de la huerta, con un pollo jugoso que se deshace en la boca.