Los cambios repentinos de temperatura entre el ambiente fresco del interior y el ambiente cálido del exterior pueden provocar que los vasos sanguíneos de la cabeza se contraigan y se expandan rápidamente, lo que provoca dolores de cabeza.
Además, la exposición prolongada al aire frío y seco puede provocar congestión nasal y exacerbar las migrañas.
Problemas respiratorios
El aire acondicionado puede tener efectos perjudiciales para nuestro sistema respiratorio, en particular para las personas con enfermedades respiratorias subyacentes.
El aire frío y seco puede irritar las vías respiratorias, lo que provoca síntomas como tos, estornudos y molestias en la garganta.
Las personas con alergias o asma pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas en entornos con aire acondicionado.
Alergias y asma
Los sistemas de aire acondicionado pueden ser caldo de cultivo para alérgenos como el polvo, el polen y el moho.
Si no se les da el mantenimiento adecuado, estos alérgenos pueden circular por el aire y provocar reacciones alérgicas como estornudos, tos, ojos llorosos y congestión nasal.
Las personas con alergias y asma son especialmente susceptibles a estos desencadenantes, que pueden empeorar sus síntomas y provocar dificultad respiratoria.