No duermas con tu mascota: no arriesgues tu salud. Este es el motivo que casi nadie conoce…

Dormir con nuestras mascotas es una de las costumbres más comunes del mundo.
Nos dan calor, compañía y esa sensación de cariño que solo un animalito puede transmitir.
Pero lo que le ocurrió a Michelle Borrow demuestra que, aunque parezca inofensivo, no siempre es tan seguro como creemos.

Michelle acudió a su ginecólogo por un dolor intenso en su zona íntima, un dolor que no desaparecía y que ella no podía explicar. Pensó en una infección, un tampón olvidado, quizá una irritación… pero jamás imaginó que el origen estuviera esperando cada noche en su cama.

El especialista la evaluó y al realizar la exploración encontró algo que la dejó completamente en shock:
una bola de pelos… pero no cualquier pelo: era pelo de su gato.

Michelle no entendía cómo aquello había terminado dentro de su cuerpo.
Pero tras analizarlo cuidadosamente, el ginecólogo pudo concluir lo que muy pocos saben:

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