No frío nada, en vez de eso preparo estas berenjenas al horno fibrosas: ¡un plato ingenioso que me salva la cena con pocas calorías y listo en menos de una hora!

Preparar la berenjena

Lavar bien la berenjena y cortarla en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Si le preocupa que tenga un sabor amargo, espolvoree las rodajas con sal gruesa y déjelas reposar 15 minutos en un colador. Luego, enjuáguelas y séquelas con papel absorbente.

Primer horneado

Precalentar el horno a 200 °C. Colocar las rodajas en una bandeja para hornear forrada con papel vegetal y pincelarlas ligeramente con aceite de oliva. Hornear durante 15-20 minutos, hasta que estén tiernas y ligeramente doradas.

Salsa de tomate

Mientras tanto, calentar una cucharada de aceite en una sartén y sofreír el ajo picado durante un minuto. Añadir el tomate, el orégano, la sal y la pimienta, y cocinar a fuego medio durante 5 minutos, el tiempo suficiente para que la salsa reduzca ligeramente.

Montaje y gratinado

Retirar la berenjena del horno, cubrirla con la salsa de tomate y espolvorear con queso. Volver a hornear durante 10 minutos más, hasta que el queso se haya derretido y dorado. Para un acabado aún más crujiente, gratina durante los últimos 2-3 minutos.

Sirve y disfruta. Deja reposar la berenjena un par de minutos (aunque su aroma te tentará de inmediato). Sírvela caliente, quizás con una ensalada fresca de acompañamiento… y ten pan a mano, te lo aseguro.

Un consejo rápido: ¿te sobraron berenjenas? También están deliciosas frías al día siguiente, como plato principal ligero.

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