Los geranios y pelargonios son plantas que llenan de color balcones y jardines, pero también requieren cuidados específicos, sobre todo al despertar después del invierno. Una de las prácticas más efectivas para estimular su crecimiento y floración es el uso de la llamada “agua viva”, una preparación casera que aporta energía y nutrientes esenciales a la planta.
¿Qué es el agua viva?
El término hace referencia a una solución especial que favorece la salud y el desarrollo de las plantas. Su eficacia se debe a la combinación de componentes que actúan en conjunto para estimular tanto las raíces como la parte aérea de la planta.
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El yodo es un elemento clave en el metabolismo vegetal. Sin él, las plantas sufren una disminución en la síntesis de proteínas y carbohidratos, debilitando su sistema inmunológico y afectando las raíces.
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El peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), por su parte, libera oxígeno activo que mejora la aireación del suelo, estimula la respiración de las raíces y promueve la presencia de microorganismos beneficiosos.
Este equilibrio convierte a la “agua viva” en un aliado perfecto, especialmente para geranios que llevan tiempo en el mismo sustrato.