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Dolores constantes: “El cuerpo ya no responde como antes, hasta las cosas más simples pueden doler”.
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Pérdida de independencia: “Antes podía hacer todo sola, ahora necesito ayuda para tareas que eran rutinarias”.
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Soledad: “Los amigos van faltando, los hijos tienen sus vidas, y muchas veces uno se siente olvidado”.
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Miedo a enfermar: “Cada síntoma genera preocupación, porque la salud ya no es la misma”.
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Sensación de inutilidad: “La sociedad parece no necesitarte más, como si ya no tuvieras un rol importante”.
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Cambios en la memoria: “Olvidar cosas simples me hace sentir frustrada y vulnerable”.
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Inseguridad económica: “Con la jubilación, todo es contar monedas para llegar a fin de mes”.