Este es uno de esos pasteles que hago cuando me apetece algo dulce, pero sin pasarme con el azúcar, porque a veces uno quiere sentirse un poco más virtuoso, ¿no?
Es un pastel de ricotta muy sencillo, sin harina ni mantequilla, pero con esa deliciosa textura cremosa y un aroma que recuerda a cítricos, a casa, a cosas ricas hechas al momento. Y esta vez decidí sustituir el azúcar glas por un edulcorante que no le reste sabor, como el eritritol o la stevia en polvo (aunque el eritritol es más neutro, lo recomiendo). Y por encima, sin glaseado ni azúcar: solo una fina capa de mermelada ligera, la que tengas en casa, siempre que esté buena.
En resumen, es el postre clásico que se prepara en un bol, sin complicaciones, se mete al horno y… ¡a esperar! (esa es la parte difícil).
Ricotta, huevo y limoncello: el pastel saludable que sorprendió a toda la familia
Pastel de Ricotta y Limoncello
Tiempo
Preparación: 10-15 minutos
Cocción: 40 minutos
Cocción + refrigeración: al menos 2 horas
Total: unas 3 horas con reposo (¡pero solo 15 minutos activos!)
Calorías
Total para todo el pastel: ~1235 kcal
Por ración (1 porción de 8): ~155 kcal
Ingredientes (para un molde de 20-22 cm)
500 g de ricotta bien escurrida (puede usar ricotta light si lo prefiere)
120 g de eritritol o maltitol (u otro edulcorante natural apto para repostería)
4 huevos
3 cucharadas de almidón (de maíz, trigo o maíz; el almidón de maíz es válido) – sin gluten
Ralladura de 1 naranja ecológica
1 sobre de extracto de vainilla (o 1/2 cucharadita de extracto de vainilla) – sin gluten
1 taza de limoncello para espresso (opcional, pero funciona de maravilla)
Mermelada ligera de su elección (cerezas, albaricoques, frutos rojos, etc.)
Preparación
