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Recoge las pieles de naranja: Tras comerlas, corta las cáscaras en trozos. También puedes usar pieles de otros cítricos como mandarinas o limones.
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Llena un tarro con vinagre: Coloca las pieles en un frasco limpio y cúbrelas completamente con vinagre.
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Deja macerar: Cierra el tarro herméticamente y deja reposar la mezcla durante 15 días. Durante este tiempo, los aceites esenciales de las cáscaras se liberarán y se combinarán con el vinagre.
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Filtra y envasa: Pasados los 15 días, filtra el líquido para retirar los trozos de cáscara. Vierte la solución en un pulverizador para su uso.
Usos y beneficios
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Limpieza de superficies difíciles: Este limpiador casero es perfecto para acero, encimeras, azulejos y otras superficies con grasa incrustada.
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Desinfectante natural: Gracias a la acción combinada del vinagre y los aceites cítricos, tus superficies quedarán limpias y desinfectadas.
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Aroma fresco: Además de limpiar, dejará un agradable olor cítrico en tu hogar.
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Ecológico y económico: Reutilizas las cáscaras de frutas y evitas comprar productos químicos costosos.