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Úsalas frías sobre los ojos para reducir hinchazón.
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Sirven para: quemaduras leves, picaduras o piel irritada.
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Actúan como pequeñas almohadillas calmantes naturales.
4. Limpiador doméstico
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Limpia espejos, ventanas o encimeras con una bolsita húmeda.
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Ayuda a eliminar grasa y dejar brillo sin productos químicos agresivos.
5. Refrescar alfombras y tapetes
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Deja secar las bolsitas, ábrelas y espolvorea las hojas sobre alfombras.
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Deja actuar 10–15 minutos y aspira.
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Neutraliza olores y atrapa polvo.
6. Remojo de manos y pies
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Sumerge las bolsitas en agua tibia para un baño relajante.
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Suaviza la piel y relaja músculos cansados gracias a sus antioxidantes.
7. Repelente de plagas
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Coloca bolsitas usadas en garajes, áticos o debajo de fregaderos.
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Aleja ratones, arañas y otros visitantes no deseados de forma natural.
💡 Reflexión final
La próxima vez que disfrutes de tu taza de té, recuerda que esas bolsitas usadas tienen mucho más que ofrecer. Desde el hogar hasta tu cuidado personal y el jardín, ¡vale la pena darles una segunda vida!