1️⃣ Prepara la masa
En un bol grande, coloca la harina junto con la sal y la manteca de cerdo.
Con las manos, trabaja los ingredientes hasta que la manteca se integre completamente y la mezcla adquiera una textura arenosa.
2️⃣ Activa la levadura
En otro recipiente, mezcla la leche tibia, el agua tibia y la levadura fresca hasta que se disuelva por completo.
3️⃣ Combina los ingredientes
Vierte la mezcla líquida sobre los ingredientes secos y amasa hasta obtener una masa suave y homogénea.
Forma una bola, cúbrela con un paño limpio y déjala reposar en un lugar cálido durante 2 horas, o hasta que duplique su tamaño.
4️⃣ Corta los ñoquis
Una vez leudada la masa, divídela en dos partes.
Con la ayuda de un rodillo, estira cada porción hasta dejarla fina (unos 3 mm de grosor).
Usa un cortador de pizza o un cuchillo para cortar pequeños rectángulos o rombos del tamaño de un bocado.
5️⃣ Fríe hasta dorar
Calienta abundante aceite vegetal en una sartén profunda o freidora.
Fríe los trozos de masa en tandas pequeñas, hasta que se inflen y se doren por ambos lados.
Retira con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
🍽️ Consejos del chef
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Puedes sustituir la manteca de cerdo por mantequilla o aceite de oliva, aunque la manteca le da el sabor tradicional.
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Asegúrate de que el aceite esté bien caliente (175–180 °C) para que los ñoquis se inflen rápidamente sin absorber grasa.
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Disfrútalos recién hechos, aún calientes, acompañados con jamón serrano, mortadela, salami o queso fresco.