Una vez que tengas las semillas, es hora de preparar el suelo y la maceta. Usa una mezcla de suelo para macetas que sea **rica en materia orgánica y con buen drenaje**. Coloca una pequeña capa de grava en el fondo de la maceta para mejorar el drenaje y luego agrega el suelo.
3.
Siembra las semillas
Haz un pequeño agujero en el centro del suelo y coloca una semilla en él. Cubre la semilla con una capa delgada de suelo y presiona suavemente para asegurarte de que esté bien cubierta y en contacto con la humedad del suelo.
4.
Asegura la humedad
Cubre la maceta con una bolsa de plástico transparente para crear un ambiente húmedo y cálido, lo cual ayudará a las semillas a germinar más rápido. Mantén la maceta en un lugar cálido y asegúrate de que el suelo se mantenga húmedo, pero no empapado.
5.
Trasplanta a una maceta más grande
Una vez que las plántulas hayan crecido varios centímetros, es hora de trasplantarlas a una maceta más grande. Usa la misma mezcla de suelo y asegúrate de que la maceta sea lo suficientemente grande para permitir el crecimiento adecuado de las raíces y la planta.
6.
El cuidado adecuado
Como cualquier otra planta, las papayas también requieren un cuidado adecuado. Mantén el suelo húmedo, pero no encharcado, y fertiliza cada dos semanas con un fertilizante equilibrado. También es importante proteger la planta de la luz solar directa y el viento fuerte.