2. Momentos que no se desvanecen
Las fotos capturan momentos en el tiempo, mientras que las grabaciones y los vídeos conservan el sonido de una voz, una risa o una pausa, detalles que pueden desvanecerse en nuestra mente pero que viven para siempre en nuestro corazón.
«Una de las cosas más difíciles de perder a alguien es la sensación de que su recuerdo se está desvaneciendo», escribe What’s Your Grief? «Su olor, su voz y la sensación de su abrazo: desearías que aparecieran en un sueño solo para poder recordar estas cosas de nuevo. Las fotos son un recuerdo preciso y literal de tu ser querido».
Guárdalas todas por ahora. Cuando estés listo, crear álbumes, presentaciones de diapositivas o recuerdos en audio puede ser una forma sanadora de celebrar la vida que vivieron.
3. Cosas que tocaron
Objetos como un reloj gastado, un collar favorito o unas gafas viejas pueden parecer simples, pero formaban parte de la vida cotidiana de un ser querido, y en el duelo, estas pertenencias cotidianas pueden ofrecer un consuelo inesperado. Hay un significado en sostener algo que ellos sostuvieron, usar algo que alguna vez les perteneció o conservar algo que rara vez se separaba de ellos. Estos objetos a menudo se convierten en silenciosos recordatorios de la conexión. Aunque ahora parezcan insignificantes, considera guardarlos: algún día podrían ofrecerte tranquilidad, convertirse en un recuerdo para transmitir o simplemente ayudarte a sentirte más cerca cuando más los extrañes.
4. Documentos prácticos y personales
En medio del duelo, el papeleo puede parecer lo último en lo que pensar, o algo que quieres resolver rápidamente. Pero ten cuidado con lo que tiras.
Los testamentos, la información sobre seguros, las escrituras de propiedades, los registros bancarios y los documentos legales son obviamente esenciales. Pero a menudo son los documentos menos obvios (cartas, certificados escolares, entradas de diarios, registros militares) los que tienen un valor tanto emocional como histórico.