Forma los palitos: Deja que la mezcla de patata se enfríe un poco hasta que sea más fácil de manejar. Toma unas dos cucharadas de la mezcla y dales forma de palito (de unos 7-10 cm de largo y 2,5 cm de grosor). Puedes rodarlos suavemente entre las palmas de las manos para alisarlos.
Rellenar con queso: Haga una pequeña hendidura en el centro de cada palito de patata. Rellene la hendidura con una porción del queso rallado restante. Cierre la patata con cuidado alrededor del relleno de queso, asegurándose de que quede completamente sellada para evitar que el queso se salga al freír.
Enfriar (recomendado): Coloca las papas fritas en un plato o bandeja para hornear forrada con papel vegetal. Cúbrelas con film transparente y refrigéralas durante al menos 30 minutos, o incluso más (hasta varias horas). Enfriarlas ayuda a que se endurezcan, facilitando su manipulación y reduciendo la posibilidad de que se rompan al freírlas.
Preparación para freír (rebozado opcional): Si lo desea, para obtener palitos de patata más crujientes, reboce ligeramente cada palito frío con harina o maicena. Esto ayuda a absorber el exceso de humedad y a conseguir una capa exterior más crujiente.
Freír las papas: Calentar el aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. El aceite debe cubrir las papas hasta la mitad. Añadir con cuidado las papas al aceite caliente en tandas, asegurándose de no sobrecargar la sartén. Freírlas hasta que estén doradas y crujientes por todos lados (unos 2-3 minutos por lado). Darles la vuelta con cuidado con una espumadera.
Escurrir y servir: Retire las papas fritas del aceite con una espumadera y colóquelas sobre un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. ¡Sírvalas calientes y disfrute!
Información nutricional (aproximada, por ración):