1. Prepara las palomitas
En una cazuela grande, calienta el aceite vegetal a fuego medio. Agrega los granos de maíz, tapa y sacude la olla de vez en cuando para evitar que se quemen.
Cuando los estallidos se ralenticen, retira del fuego y pasa las palomitas a un bol grande.
2. Haz el caramelo
En un cazo, coloca el azúcar y el agua. Cocina a fuego medio sin remover hasta que el azúcar se disuelva y adquiera un tono dorado.
Añade la mantequilla y una pizca de sal. Mezcla con cuidado hasta obtener un caramelo suave y brillante.
3. Cubre las palomitas
Vierte el caramelo caliente sobre las palomitas recién hechas. Mezcla rápidamente con una espátula para que todas queden bien cubiertas.
Extiéndelas sobre una bandeja cubierta con papel vegetal y deja enfriar unos minutos hasta que el caramelo se endurezca.
💡 Consejos para unas palomitas perfectas
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Mueve la cazuela mientras revientan los granos para evitar que se quemen.
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No retires el caramelo del fuego demasiado pronto: el color dorado es señal de que está listo.
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Usa palomitas calientes para que el caramelo se adhiera mejor.
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Si quieres que queden extra crujientes, puedes hornearlas 10 minutos a 150 °C después de mezclarlas con el caramelo.