Antes de ponerte manos a la obra, es importante tener todos los ingredientes listos. Esta receta es sencilla y utiliza elementos que probablemente ya tienes en tu despensa:
500 g de harina de fuerza
10 g de sal
25 g de azúcar
25 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
300 ml de leche tibia
10 g de levadura fresca (o 5 g de levadura seca)
Tip: La harina de fuerza es esencial para que el pan tenga una textura esponjosa y consistente. Si no tienes levadura fresca, la levadura seca funciona igual de bien, solo ajusta la cantidad como se indica arriba.
Paso 1: Activar la levadura
El primer paso para un pan exitoso es asegurarnos de que la levadura esté activa. Si usas levadura fresca, disuélvela en la leche tibia junto con el azúcar. Es importante que la leche no esté demasiado caliente, ya que puede matar la levadura; lo ideal es que esté templada al tacto, alrededor de 35-40°C.
Deja reposar la mezcla durante unos 10 minutos. Notarás que comienza a formar espuma: esto es señal de que la levadura está viva y lista para trabajar. Si usas levadura seca, puedes mezclarla directamente con la harina o también activarla en la leche según tu preferencia.
Tip de experto: La paciencia es clave. No intentes acelerar este paso, ya que la fermentación inicial es la que dará esponjosidad y estructura al pan.
Paso 2: Mezclar los ingredientes secos
Mientras la levadura se activa, toma un bol grande y combina la harina de fuerza con la sal. Mezcla bien para que la sal se distribuya de manera uniforme, evitando que entre en contacto directo con la levadura durante la activación, lo que podría inhibir su acción.
Consejo: Puedes tamizar la harina para que la masa quede más ligera y aireada. Esto es opcional, pero puede marcar la diferencia si buscas un pan extremadamente esponjoso.
Paso 3: Incorporar los líquidos
Una vez que la levadura esté espumosa, agrégala al bol con la harina y la sal. Añade también la mantequilla a temperatura ambiente y comienza a mezclar todos los ingredientes hasta que la masa sea homogénea.
Al principio, la masa puede verse un poco pegajosa o irregular, pero no te preocupes: el amasado posterior ayudará a desarrollar el gluten y obtener una textura suave y elástica.
Paso 4: Amasar la masa
Amasar correctamente es uno de los pasos más importantes en cualquier receta de pan. Traslada la masa a una superficie limpia y ligeramente enharinada. Amasa durante 10-12 minutos hasta que la masa esté lisa, elástica y no se pegue a las manos.
Si lo prefieres, puedes usar una batidora con gancho amasador, lo que facilita el proceso y asegura una textura uniforme. El objetivo es desarrollar el gluten, que es lo que permite que el pan suba correctamente y mantenga su estructura.
Tip: Si la masa está demasiado pegajosa, puedes añadir una cucharada de harina a la vez, pero evita excederte, ya que puede endurecer el pan.
Paso 5: Primera fermentación
Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado y cúbrela con un paño húmedo. Deja que repose en un lugar cálido durante 1 a 2 horas, o hasta que doble su tamaño.
Durante este tiempo, la levadura trabaja produciendo gases que harán que la masa se expanda y adquiera una textura ligera y esponjosa. Este paso es fundamental para un pan de calidad, así que no lo apresures.
Tip: Un lugar cálido puede ser cerca de una ventana soleada o incluso dentro del horno apagado con la luz encendida.
Paso 6: Formar el pan
Una vez que la masa haya fermentado, desgasifica presionando suavemente para liberar el aire. Luego, dale forma de cilindro y colócala en un molde rectangular previamente engrasado. Esto ayudará a que el pan mantenga su forma durante la segunda fermentación y el horneado.
Paso 7: Segunda fermentación
Cubre el molde con un paño húmedo y deja que la masa repose entre 40 y 60 minutos, hasta que llegue al borde del molde. Este segundo levado es crucial para conseguir un pan esponjoso y suave, con una miga ligera y uniforme.
Tip: No te saltes este paso. Aunque la masa ya haya crecido, la segunda fermentación mejora la textura y facilita un horneado más uniforme.
Paso 8: Hornear
Precalienta el horno a 180°C (356°F). Hornea el pan durante 30-35 minutos, hasta que la superficie esté dorada y, al golpearlo suavemente por debajo, suene hueco.
El calor del horno terminará de desarrollar la corteza dorada y crujiente, mientras que el interior se mantiene tierno y esponjoso.
Consejo: Si notas que la parte superior se dora demasiado rápido, cubre el pan con papel aluminio durante los últimos minutos de horneado.
Paso 9: Enfriar
Retira el pan del molde y deja que se enfríe completamente sobre una rejilla antes de cortarlo. Este paso permite que los jugos internos se redistribuyan y evita que la miga se aplaste al cortarlo.
Consejos adicionales para un pan perfecto
Varía los sabores: Puedes añadir semillas como chía, sésamo o lino para un toque crujiente y nutritivo.
Conservación: Guarda el pan en una bolsa de tela o en un recipiente hermético. Se mantiene fresco durante 2-3 días a temperatura ambiente.
Rebanadas perfectas: Usa un cuchillo de sierra para cortar el pan sin aplastar la miga.
Versión sin lácteos: Sustituye la leche por bebida vegetal y la mantequilla por aceite de coco para un pan apto para veganos.
Por qué hacer tu propio pan
Hacer pan casero no solo es un acto culinario, sino también una experiencia gratificante. Controlas los ingredientes, evitas aditivos innecesarios y disfrutas de un pan fresco, saludable y lleno de amor. Además, el aroma del pan recién horneado transforma cualquier cocina en un hogar cálido y acogedor.
Este pan de molde sin harina refinada es una alternativa perfecta para quienes buscan equilibrar sabor y salud, sin renunciar a la suavidad y esponjosidad que todos amamos en un buen pan. Ya sea para desayunos con mermelada, tostadas con aguacate o sándwiches caseros, esta receta se convertirá en un básico imprescindible en tu cocina.
Conclusión
Preparar pan de molde en casa es más sencillo de lo que parece si sigues los pasos adecuados. Desde la activación de la levadura hasta el horneado final, cada etapa contribuye a lograr un pan tierno, aromático y delicioso. Este pan sin harina refinada es ideal para quienes buscan cuidar su alimentación y, al mismo tiempo, disfrutar del placer de un pan casero recién horneado.