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Preparar la base:
En un cazo, calienta la leche con el aceite hasta que empiece a hervir. -
Incorporar la harina:
Añade toda la harina de golpe y retira el cazo del fuego. Mezcla bien con unas varillas hasta obtener una masa uniforme. -
Agregar los huevos:
Incorpora los huevos uno a uno, asegurándote de que cada uno se mezcle completamente antes de añadir el siguiente. -
Añadir el queso:
Cuando la masa esté homogénea, agrega el queso rallado y amasa ligeramente con las manos engrasadas para que no se pegue. -
Formar los panes:
Divide la masa en pequeños trozos y dales forma de pan. Colócalos sobre una bandeja cubierta con papel de horno. -
Hornear:
Precalienta el horno a 200 °C (calor arriba y abajo) y hornea hasta que los panes estén dorados. -
Enfriar y servir:
Deja enfriar un poco antes de disfrutar. ¡Deliciosos recién hechos!
Consejo: Puedes acompañarlos con mantequilla, mermelada o consumirlos solos. Su textura suave y sabor a queso los hace irresistibles.