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Ajusta la consistencia de la masa: ligeramente blanda es mejor que demasiado dura.
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No omitas el tiempo de reposo; permite que la masa se relaje y sea más fácil de estirar.
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Mantén la superficie de trabajo ligeramente enharinada y usa un rodillo para obtener un grosor uniforme.
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Cocina el pan a fuego medio; demasiado calor puede quemarlo por fuera y dejarlo crudo por dentro.
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Sirve inmediatamente después de untar la mantequilla de ajo para disfrutar del mejor sabor y textura.
Conclusión
El pan plano de ajo y mantequilla es versátil, fácil de preparar y perfecto para acompañar cualquier comida. Ya sea en su versión clásica o con tus propias variaciones, sorprenderás a familiares y amigos con su aroma y sabor. Prepara este pan para tu próxima reunión y verás cómo desaparece del plato en minutos.